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La voz sobrecogedora de Dolores O’Riordan y el poder evocador de sus hits de los noventa han sido los principales atractivos del concierto de The Cranberries en Barcelona. La banda ha despertado pasiones con los viejos temas de siempre pero no han logrado el mismo efecto con los nuevos.
Las cerca de 4.000 personas que han acudido al Palau Sant Jordi Club quería escuchar Zombie, Promises y Dreams y estaban más predispuestos a viajar al pasado que a conocer el nuevo disco de la banda irlandesa.
The Cranberries no les ha decepcionado y ha empezado el concierto con Just My Imagination y When Your Gone, pero al llegar al tercer tema la vocalista ha anunciado que ahora venía uno nuevo y ha interpretado Losing My Mind del álbum Roses, que acaba de salir a la venta.
Los presentes, que habían cantado a voz en grito los dos primeros temas, han pasado a mover la cabeza ligeramente, pero han aplaudido con ganas, en agradecimiento a la energía con la que ha salido la banda al escenario.
Dolores O’Riordan ya no es la jovencita que deslumbró a todos en los años noventa con la fuerza de su voz y su adaptación al rock del yodel, o canto a la tirolesa, pero sigue siendo capaz de pasar del susurro al grito en una décima de segundo.
La carismática vocalista ya no es morena, como cuando llenaba estadios, sino rubia, y hoy ha subido al escenario con una americana y unos pantalones negros que le conferían aspecto de señora madura.
Pero ha ido rejuveneciendo a medida que entraba en materia y repasaba temas como Linger o Ordinary Day o Free To Decide.
De hecho, en este último tema se ha quitado la americana, se ha colgado la guitarra al cuello y ha dejado de ser una mujer madura para convertirse en una roquera sin edad.
Tras Dreaming My Dreams, le ha llegado el turno a Tomorrow, el primer single del nuevo disco, que salió a la venta el pasado mes de marzo, tras más de diez años sin que The Cranberries grabaran nuevas canciones.
Y tras esta canción nueva, la banda ha vuelto a las viejas, con Still Can’t Find, Desperate Andy y Can’t Be With You, tema en el que Noel Hogan ha deslumbrado a los presentes con su sólo de guitarra.
Dolores O’Riordan ha sido la reina de la fiesta porque sigue siendo pura energía y no para de moverse y de bailar, pero su banda no se queda atrás, aunque prefieren limitarse a los aspectos musicales y deja todo el contacto con el público en manos de O’Riordan.
Al fin y al cabo, The Cranberries es una banda de rock alternativo con elementos indie y, aunque durante un tiempo estuvieron en lo más alto de las listas de éxito, les sigue gustando salir vestidos de negro a un escenario desnudo y poner toda la energía en la música.
En esta ocasión, el escenario ha sido realmente austero, aunque muy bien iluminado por unos focos que en Conduct han logrado teñir de verde la atmósfera y transportar a los presentes a la Irlanda natal de la banda.
En este tema, O’Riordan ha hecho su primer cambio de vestuario y ha aparecido con un vestido corto y unas zapatillas de deporte, para demostrar que se puede ser roquera y coqueta.
Después de unos cuantos temas nuevos y otros oscuros, la temperatura ha alcanzado su punto álgido con Salvation y Zombie.
Dos canciones que han caldeado el ambiente y han animado a los presentes a pedir los bises que, aunque siempre están previstos, hay que pedirlos.
Play Boy, Journey, Promises y Dream han cerrado el primer concierto en España de la gira de The Cranberries, que este viernes actuará en Madrid y luego seguirá viaje por Europa.
Salut!